Muchos son los factores que a lo largo del tiempo han influido decisivamente en mi vida: familia, amigos... pero, el cariño y los momentos que me han regalado cada uno de mis alumnos/as, me han marcado decisivamente...
Es muy bonito el comenzar el curso con ilusión e ir viendo cómo, poco a poco, tus niños y niñas van aprendiendo a leer, a escribir, a sumar y a restar... como van aprendiendo a ser personas, a ser amigos de sus amigos, a respetar a los mayores, a controlar sus emociones, a empatizar, a encajar los errores y a valorar las virtudes de los que nos rodean, y siempre manteniendo la sonrisa en la cara y la dulzura y magia propia de la infancia.
Muchos dicen que esta profesión es muy dura, pues te "quema" físicamente, psicológicamente e incluso en algunos casos hasta moralmente... pero cuán bonito es, ver que lo primero que hace uno de tus niños es darte una flor y un besito al recibirte por la mañana, o les pides que hagan un dibujo de alguien importante en su vida, y te hacen un dibujo sobre tí...¡¡¡QUÉ PUEDO DECIR ANTE ESTO!!! pues que yo no cambiaría mi profesión por nada...
Nunca me podría haber imaginado la cantidad de estados emocionales que se dan dentro del aula en una fracción de segundo: la emoción de haber conseguido leer una palabra entera y saber qué significa, las risas al contar cuentos, el llanto por las caídas, la tristeza de la falta de un compañero,...
En definitiva, os doy las gracias a todas aquellas familias que me apoyaron tanto desde mi primer año como maestra hasta el día de hoy, haciéndome reír en las entradas y salidas de clase, en todos y cada uno de los eventos y fiestas escolares, en principios y finales de curso, porque estareis siempre en mi mente y porque me habéis ayudado, sin saberlo, a ser mejor persona, maestra y compañera.
Un besito muy especial para todos/as.
LA SEÑORITA CHARI.
